viernes, 4 de marzo de 2011

PROFANAR ALTARES: UN PRETEXTO PARA EL TRANCE

por Derissé de León

Como rito, pedaleaba incesante la plumífera bicicleta inmóvil, con aquel artefacto entre boca y nariz para enajenarse de vez en cuando de alguna palabra que le resultara fugaz y ya cansado despertaba de su letargo.  Como criatura naciente a la cual se corta el cordón umbilical, el doctor Diógenes Céspedes criticó objetivamente la obra y a modo de bautizo siguió el poeta Cayo Claudio Espinal, quien bendijo el nuevo ser en nombre del movimiento contextualista.  En el hecho de hacernos reflexionar sobre la muerte del periodismo cultural dominicano, Clodomiro Moquete entrego a cada uno un papel en blanco. Gallos antes atados a cualquier evasiva fueron puestos en un estado de libertad condicional para demostrar en la balanza de los juicios la dignidad del ser, preparado para la lucha de clases que al final se deja manipular.

“El trance dilatado es una nueva propuesta dentro de las modalidades del arte que tiene su origen en el desgaste y decadencia al que ha llegado el activismo cultural oficial y privado. Está mejor definido como un espectáculo de múltiples y disímiles lecturas y elecciones, al mismo tiempo” comenta Pastor a modo de clarificar la esencia de lo ocurrido el pasado sábado.


Ediciones a Mano

Pastor dio a conocer su obra, apadrinada por la editora del Movimiento Contextualista que dirige el poeta Cayo Claudio Espinal. Ediciones a mano que ejecuta el mismo profanador de altares cual Pastor de lo elocuente, viene a ser el canal por el cual se expresan las elocuentes emociones del autor.  Sus ejemplares numerados para hacer ley a la exclusividad que muy bien maneja.

Lo que “Altares y Profanaciones” nos lega es el manejo y el estudio de la sociedad desde ámbitos diversos, desde lo más puro hasta lo más putrefacto puesto en la balanza cual gallos antes de su declive.  Las profanaciones tienen un apellido que ya conocemos “La Musaraña” aquel laboratorio de textos que inicia con “El Nacimiento” y culmina con el “Sistema de referentes excluyentes”, un diagnóstico completo de la “Baba”, sus profanadores y su grado de densidad.

 Una inventiva, aparte de lo conceptual de esta edición, es el manejar un acto de puesta en circulación de un libro en una gallera, considerada como el único reducto de dignidad para celebrar este nuevo libro. “Hemos elegido la gallera para manejar la paradoja de lo que es la cultura y lo fundamental de esta. El fenómeno de la gallera en nuestro país, a nivel sociológico e histórico es lo que funda la nacionalidad dominicana de acuerdo a muchos de nuestros historiadores. La gallera es el nivel más alto a nivel cultural que nos queda”, concluye Pastor.